sábado, 7 de noviembre de 2009

Fin

Y así se hace mas difícil porque el agua te empaña la película y no te deja ver nada. Es así cuando nos ahogamos pensando en lo que pudo pasar, pero nos damos cuenta que no tiene sentido, que la mitad de lo que digo no tiene sentido, que las luces te revuelven el pelo sin intención de ordenarlo, como cuando un alma parte a otro lugar pero deja el cuerpo convirtiéndose en una identidad distinta, entonces lo sientes muerto y no hay posibilidad de que vuelvas a ver esos ojos que te hacían tanto sentir, porque en ese cuerpo hay un vacío que no entiendes ni quisieras conoces porque esa alma errante era la que tú querías contigo al lado. Pero las aguas te arrastraron a un punto donde no sabias a dónde mirar ni a quién acudir, entonces preferiste estrechar manos y despedirte del universo que te ha dejado de lado un momento, pero que debes gritarle para que te tome en cuenta nuevamente y así poder caminar por el camino que quieres seguir. El tiempo se te hizo espeso, no lo puedes contar, ni revolver ni en círculos ni a cucharadas, el tiempo se volvió una espesa sustancia que te cega la vista y te corta las palabras. Y cuando caes inconsciente te desarmas pensando en la infinita ausencia que prefirió desempeñar por miedo o por cobarde, por alegría o por dicha, por alguna razón que no conoce el pensar del de afuera. Y es cuando te das cuenta que tu somnolencia te hace pensar y te das cuenta que las cosas a veces se tienen que dar, porque por alguna razón paso que se tuvieron que juntar esas dos almas, que una quedo flotando sin ser vista y la otra se fue errante arrancado por un ser que prefieres no volverlo a ver. Y es así cuando los ojos te empañan la película y la garganta se cierra haciéndote un vacio inmenso en el interior donde caen y caen recuerdos retorciéndose con el viento que les suspira lento por la nuca para darles calma, esa calma que a veces la creen por perdida y muchas veces salió corriendo porque necesitaban un poco de locura tus pensares y acciones para sentirte un poco más vivo y no tan ausente con la vista perdida. Pero notaste que el aire se volvió un poco mas espeso cuando creías que se despejaría, entonces dejaste que el tiempo se arreglara solo, sin forzar a las nubes ni arrancar al sol, sino que triste se corría el aire que te ahogaba el pensar cuando te volvía a la memoria la imagen de esa alma errante que quizás por donde está. Y los ojos se te empañan al descubrir y al asumir que ya mas nada se puede hacer sino que dejarla tranquila con la esperanza de que vuelva a su lugar.

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